Historia

 Toponimia                                                                                                                                                                                                                                      Tezontilco; proviene de "tetl", piedra; "tzontli", cabellera y "co", en; unidas las radicales significan "en la cabellera de piedra".                                          Reseña                                                                                                                                                                                                             Asentamiento prehispánico nahua, cuyo nombre era Tezontilco. Los encomenderos españoles le llamaron Malpaís. A fines del siglo XVI, fue probablemente cuando se instaló en este lugar el Virrey Don Pioquinto Gaspar Rivadaneyra, quien después de una exploración, edificó provisionalmente algunas habitaciones en posición divisoria de los montículos escabrosos y la Extensión arenosa que se prolonga de norte a oriente hasta el pie de Las Derrumbadas.

Como buen católico, instaló en los principales departamentos imágenes que trajo, acondicionando lo mejor en un altar a cada una de las más meritorias. Trayendo en su mente la devoción a San Nicolás Tolentino, señaló la pieza que debería considerarse como la primera capilla, dedicada exclusivamente al que también sería el patrón y titular de la finca.

Hay versiones de que este Virrey poseía una finca en Orizaba, Veracruz, donde había ya ensanchado gran negocio agrícola y que estando allí, conoció y adquirió ésta que consideraba como lugar de su futura residencia. Se asegura que le agradó el clima frío y que sería su finca matriz, y que por su topografía la denominó con el nombre de San Nicolás del Malpaís, incluyendo en su perímetro las fincas; de la Concepción, el Pozo, San Bernardo Tecuitlapa, Buenavista y parte de Zimatepec.

La finca que prometía un futuro de dicha y prosperidad, ascendió efectivamente con una rapidez, a tal riqueza y fama, que sostuvo por más de medio siglo con cosechas de abundante maíz y frijol de un sabor y peso admirable, producto especial de los densos arenales que caracterizan al Malpaís.

Antes de su partida a la lejana tierra española, reunía a sus súbditos y además de hablarles cosas de Dios, les daba sus Saludables consejos, a su regreso se supone que varios días festejaban su llegada, en los siguientes días emprendía su gira por el campo, recorriendo los montes y pastoríos, sin exigir ningún informe.

Reunido un regular capital, ordenó la construcción de otra casa, trojes y capilla, todo de mampostería, ya que la casa provisional era insuficiente y ruinosa.

Una sala principal con puerta al oriente y un amplio corredor con cinco arcos y una elegante portada que aún existe (el curato actual), enormes trojes, bodegas y departamentos suficientes para los empleados y la capilla cerraron la manzana y casco de la casa. La capilla ocupó el primer lugar de construcción, si no por su tamaño, sí por su selecto material y parámetros dignos de un católico acaudalado.

La decadencia, comenzó poco después de la reconstrucción de la finca. las causas principales fueron varias: la muerte del primer dueño, Don Pioquinto Gaspar Rivadeneyra, quedando al frente su hijo hombre de muy distinta conducta, quien apenas faltando su padre comenzó a derrochar los intereses, además de que en esa misma fecha comenzaron malas cosechas por varios años de crudas heladas que agotaron en pocos años el capital y las reservas de la finca.

En 1975, un administrador asumió la idea de emanciparse de la finca, por la miseria que cambió totalmente la primera situación halagadora por otra de desgracia, dando origen al primer reparto de tierra. Mas entonces, también se dibujó el calvario del futuro pueblo, comenzándose una lucha interfamiliar, esta división fue marcándose a raíz de que algunos comenzaron a mejorar sus parcelas, hacían producir ricas cosechas, entre tanto, los inquietos abandonaron sus cultivos y otros se encontraban a disgusto por no contar con un pedazo de tierra.

Así tuvo origen la formación del pueblo, aún existiendo la finca del Virrey. Varios años pasaron en esa pugna con algunas alternativas de paz y de reñidas rivalidades.

Por el año de 1804, eran ya varios los pequeños propietarios y acelerando su paso que necesariamente los conducía a la formación de un pueblo, dando origen a San Nicolás Buenos Aires.

Perteneció al antiguo Distrito de Chalchicomula; creado Municipio Libre el 22 de enero de 1941. La cabecera municipal es el pueblo de San Nicolás Buenos Aires.